Podemos definir de una manera sencilla la impronta, como el comportamiento de aprendizaje irreversible por el cual el animal aprende a que especie pertenece. El tiempo que tarda en crearse este vínculo es diferente en las distintas especies. En el caso de las aves nidífugas, este periodo es muy corto, centrándose el periodo de máximo aprendizaje entre las 10 y las 20 horas desde la salida del cascaron. En los mamíferos este periodo se alarga, como en el caso de los lobos, que va desde los 15 a los 45 días de edad. Siempre que se troquela, (impronta) un animal, se ha de tener en cuenta las dos improntas básicas de toda especie: la filial y la sexual. Si queremos que en un futuro nuestro animal troquelado pueda criar con individuos de su propia especie, trabajaremos con la doble impronta.
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Si la impronta enseña al animal a que especie pertenece, la socialización es el otro aprendizaje por el cual el animal aprende a comportarse con la especie improntada. Este periodo es diferente en cada especie, dependiendo también si esta es social o no. Para seguir con el ejemplo anterior del lobo, este, tiene un periodo de socialización que va desde los 45 a los 90 días de edad.
Para el manejo de algunos animales muy concretos es necesario el troquelado, de esta manera podemos manejar algunas especies que de otra manera sería casi imposible controlar como por ejemplo grandes felinos, osos, lobos, hienas, papiones, etc.
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